Capital (economía)

Para definir la cuenta de capital, desde el punto de vista contable, debemos entender primero qué son los fondos propios de la sociedad. Los fondos propios conforman el núcleo del denominado patrimonio neto y están formados por las aportaciones realizadas por los dueños de la empresa y por los beneficios que esta ha generado a lo largo de su trayectoria y no han sido distribuidos. Según esto, la cuenta de capital junto a las reservas y al resultado del ejercicio forman los denominados Fondos propios de la sociedad.

En una primera aproximación se puede definir al capital como los desembolsos realizados por los propietarios de la empresa para financiar su actividad. En este sentido, el capital supone las aportaciones que realizan los socios como forma de financiación de la sociedad. Estas aportaciones se podrán hacer en el momento de la constitución de la sociedad o en momentos posteriores con ampliaciones de este.

Desde el punto de vista mercantil, la cuenta de capital tiene gran importancia debido a que esta representa la garantía de la sociedad frente a sus acreedores. La cifra del capital supone la garantía de que los acreedores podrán cobrar las deudas pendientes con la empresa incluso aunque las condiciones económicas sean desfavorables.

Contablemente, el Plan General va a distinguir diversas cuentas para designar al capital dependiendo del tipo de sociedad.

  • Capital social (100): esta cuenta recoge el capital de las sociedades que revistan forma mercantil. Nos referimos a sociedades como la Sociedad de Responsabilidad Limitada, la Sociedad Anónima o las Sociedades laborales.
  • Fondo social (101): a diferencia de la anterior, aquí se refleja el capital de las entidades que no tengan forma mercantil. Hablamos, por ejemplo, de una entidad sin ánimo de lucro, fundaciones, asociaciones, etc.
  • Capital (102): recoge la aportación que realiza el empresario individual.

El Capital Social en las sociedades anónimas se divide en una serie de partes alícuotas a las que se denominan acciones. Según esto, el capital social se puede determinar como el producto resultante de multiplicar el número de acciones por su valor nominal.

Contablemente, la cuenta de capital la vamos a utilizar en el momento de la constitución de la sociedad. Este hecho se realiza en tres momentos diferentes:

  • Emisión de las acciones.
  • Suscripción de las acciones.
  • Desembolso de las suscripciones.

El artículo 44 de la Ley de Sociedades de capital exige un desembolso mínimo del 25% del valor nominal de las acciones en el momento de la suscripción. Esto hace que sea necesario el uso de cuentas de activo para registrar el derecho de la empresa frente a sus accionistas por la parte que aún no han desembolsado. Hablamos de un capital escriturado, pero no desembolsado.

Las aportaciones que realizan los socios a la cuenta de Capital suelen ser monetarias, pero también está permitida la aportación no dineraria o en especie. En este caso, la legislación exige un informe de un experto independiente que designa el Registro Mercantil para realizar la valoración de la aportación no dineraria realizada.

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