El debate de las redes sociales y su impacto en la nutrición

Por Antonio Gutiérrez Pérez
Redes sociales y nutrición
30 de Noviembre de 2022. 13:11h

Las redes sociales están acercando contenido de diferentes temáticas a la población en general. Tenemos multitud de información a un segundo de distancia, y es que tan solo tenemos que entrar en una red social para que nos lleguen distintos impactos. El sector de la nutrición no es un sector ajeno a las redes sociales, ¿pero ¿cómo afecta todo el contenido sobre este ámbito a la población? ¿Qué piensan los especialistas en nutrición? 

Cada vez se ven más expertos en nutrición divulgando contenido en redes sociales. Consejos para adelgazar, para ganar masa muscular, alimentos prohibidos, dietas milagrosas o superalimentos que no pueden faltar en tu menú. Muchísima información que puede influir en las decisiones y hábitos de las personas, que pueden aferrarse a estas redes sociales en busca de una mejor imagen estética, alejándose de la idea de asistir a un nutricionista. 

El debate que surge en esta área es claro: ¿las redes sociales propician una mayor concienciación sobre la alimentación o agraven o causan trastornos alimenticios? Lo primero, siempre que se pretende seguir una dieta o cambiar los hábitos alimenticios, es asistir a una consulta profesional y ponerse en manos de un experto. Luego, las redes sociales nos pueden dar algunas ideas, pero debemos saber que cada caso es particular. 

La historia de muchas personas 

Imagina por un momento que estás en tu casa descansando, después de un día largo de trabajo y te metes a navegar por Instagram. Ves muchas fotos, reels y stories hasta que encuentras un vídeo en el que un experto en nutrición te habla de trucos para recuperarte rápido de los excesos veraniegos. Y tú, que ya mismo tienes vacaciones, te paras a ver su perfil. 

Entonces te das cuenta de que tiene miles de seguidores, multitud de comentarios en sus publicaciones y un montón de likes. Toda la gente le da las gracias por haber cambiado sus vidas. Y entonces, tú, pues le sigues también. No sufres de obesidad, pero tampoco te quieres perder la oportunidad de estar mejor y de poder pegarte unos cuantos excesos en tus vacaciones sin tener cargo de conciencia. 

Entonces empiezas a cambiar tus hábitos alimenticios, comienzas a eliminar ciertos alimentos de tu dieta o incluso un grupo de alimentos entero. Te obsesiones con el número que ves cada día en la báscula y te apuntas al gimnasio para hacer ejercicio hasta casi lesionarte. ¿Hasta aquí no hay ningún problema, verdad? Tan solo es una persona preocupada por su alimentación y por su estado físico. 

Sin embargo, tu autoestima empieza a depender de ese número que ves en la báscula. Cada vez que te das un mínimo capricho sientes unos remordimientos brutales. Y claro, con el tiempo, esa presión te asfixia y comienzas a darte atracones. Así, caes en un trastorno de alimentación del que te va a costar salir. ¿Te suena esta historia? Podría ser tu historia, por lo que siempre es conveniente asistir a un profesional contrastado. 

El peligro tras las redes sociales 

Si esta es tu historia, seguramente que no querías caer en un trastorno alimenticio cuándo entraste en ese vídeo para poder darte unos caprichos de más en vacaciones. ¿Qué es lo que pasa? Que los algoritmos de las redes sociales te recomiendan contenido basado en tu actividad. Por lo que, si entraste en ese vídeo, diste a like y lo seguiste, es probable que te recomendase a otra serie de expertos y que los acabases siguiendo. 

Al final, te encontraste con un montón de información y no viste necesario acudir a un nutricionista de manera presencial. ¿Para qué? Si ya tenías toda la información del mundo en tu feed de Instagram. Y aquí llegamos al segundo peligro: no todo el mundo que se vende como experto en nutrición lo es. 

Ya sabemos que para tener éxito en redes sociales lo único que necesitas es un contenido que genere interacción y sea atractivo e interesante para las personas. No te van a pedir el título universitario como nutricionista mientas tengas una legión de seguidores que te respalde por detrás y tu contenido sea de calidad. 

Muchas veces son influencers del sector de la nutrición. Personas que han experimentado con su cuerpo y divulgan sus aprendizajes o lecciones. Sin embargo, no cuentan con un conocimiento detrás que apoye su contenido. Hablan de lo que conocen por su experiencia, lo hacen atractivo y tienen éxito, pero no son consejos extrapolables a toda la población. 

Lo positivo de la relación entre redes sociales y nutrición 

Hay otras corrientes que señalan el aspecto positivo que tiene este tipo de contenido en redes sociales. Y es que, muchas personas se conciencian sobre la importancia de tener una buena alimentación y de contar con unos hábitos saludables gracias al contenido que ven enredes sociales. En su feed aparece este contenido y, gracias a él, se preocupan por lo que ingieren y mejoran sus hábitos alimenticios. 

Este lado es tremendamente positivo porque conseguimos una población más sana y consciente de los peligros que podemos encontrar en un supermercado. Aprenden buenas prácticas a la hora de alimentarse. De igual manera, descubren nuevos alimentos saludables que añadir a sus dietas y combinar junto a los que ya ingieren. Así, enriquecen sus dietas y le aportan un plus positivo. 

Sin embargo, ¿qué pesa más? ¿La parte negativa o positiva de las redes sociales en relación a la nutrición? 

Los nutricionistas, cansados de ser criticados 

Existen datos que demuestran cómo las denuncias que reciben los Colegios de Nutricionistas pertenecen a falsos profesionales que desarrollan su actividad en Internet. Por ello, están cansados de que se les confundan con numerosos perfiles de las redes que ensucian el sector de la nutrición. Otros datos indican que tres de cada diez personas recurren a los influencers para resolver sus dudas sobre nutrición. 

Necesitamos de profesionales comprometidos con la sociedad y que comuniquen su conocimiento de forma responsable. Sobre todo, necesitamos de influencers en redes sociales que animen a la gente a acudir a una clínica de nutrición profesional, ya que es el lugar al que debe acudir para ponerse a dieta o mejorar sus hábitos alimenticios. Hacerlo de una forma negativa puede suponer la generación de trastornos alimenticios graves. 

Hay que mantener una buena relación con la comida, saludable y sin verla como una enemiga. Y es que no se trata de comer menos o más, se trata de comer mejor, más natural y más saludable. Para diseñar una dieta personalizada para ti, no hay nadie más preparado que un nutricionista profesional. Así que, antes de aplicar los consejos que veas en redes sociales, acude a un centro especializado. 

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