Desfalco
El desfalco, en términos generales, se refiere al acto de malversar o apropiarse indebidamente de fondos o recursos, que se encuentran bajo su custodia, aprovechándose de su cargo o posición de poder, especialmente en el ámbito financiero, económico o de seguros.
Los desfalcos pueden ser Internos o externos, en el desfalco interno los empleados de una entidad utilizan el dinero y los recursos de esta para su propio interés o beneficio, mientras que en el desfalco externo una persona ajena a la compañía se apropia de los recursos realizando cobros indebidos, como comisiones ilegales por servicios prestados, uso de información confidencial, entre otros medios.
Las consecuencias de los desfalcos para las entidades perjudicadas ya sean empresas o gobiernos, son significativas. Los desfalcos representan una amenaza seria, pues pueden ocasionar considerables pérdidas económicas, generar desconfianza y dañar la reputación de quienes lo sufren.
Existen varios tipos de desfalco y cada uno implica diferentes formas de manipulación financiera o desviación de recursos por parte de la persona o entidad que debía protegerlos o custodiarlos. Esto puede ser a través de actos de robo, abuso de confianza, evasión fiscal, fraude financiero, corrupción, entre otros. El desfalcador es la persona que tiene acceso a los activos y autorización para gestionarlos, se aprovecha de su posición para utilizarlos a su conveniencia y cometer el fraude o delito.
La malversación es un tipo de desfalco, se define como el delito cometido por un cargo público, por el uso indebido o la apropiación de fondos o recursos financieros en el ejercicio de sus funciones, aprovechando su posición de forma consciente para desviar fondos o recursos con fines particulares o personales. En el contexto gubernamental o corporativo, el desfalco, a menudo se asocia a la corrupción, donde los funcionarios que tienen acceso a los recursos o fondos, los usan para su enriquecimiento personal o de los suyos, o bien, desvía los recursos o fondos haciendo un mal uso de ellos y empleándolos para un fin diferente al que estaban destinados, violando todos los principios de honradez e integridad.
Podemos hablar por tanto de:
- “Desfalco apropiativo” los fondos o recursos son empleados por el desfalcador para su propio beneficio y los incorpora a su patrimonio o de los suyos.
- “Desfalco de uso” el desfalcador desvía los fondos o recursos para un propósito distinto al que originalmente estaban destinados, en lugar de apropiarse directamente del dinero.
La malversación es considerada un delito grave organizado y por tanto intencional.
El desfalco también se produce en forma de fraude financiero, estos son cometidos por entidades que ofrecen y prestan sus servicios de inversión sin contar con la debida autorización, estas entidades son conocidas como “entidades pirata” o “chiringuitos financieros”. Estas organizaciones aparentan ofrecer servicios para captar el capital de sus clientes, su fachada de entidad legítima crea la confianza suficiente para que las víctimas depositen sus fondos y los dejen bajo su custodia, para posteriormente, apropiarse de ellos. Hay muchas formas de fraude y estafas financieras en las que usan entidades con apariencia de legalidad y en muchas ocasiones también usan datos de empresas que si están debidamente autorizadas e inscritas en la CNMV para conseguir su propósito y apropiarse del capital de las víctimas.